Asaltos a Viviendas.-
La reunión fue «totalmente cordial», de acuerdo con las palabras del portavoz municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento, Pablo Cobián, pero las consecuencias de su encuentro con el subdelegado del Gobierno para estudiar la oleada de asaltos a viviendas en el municipio tienen más que ver con lo que no se dijo, supuestamente, que con lo que finalmente se acordó entre ambos.
Cobián, al mismo tiempo que reclama su derecho a «informarse» sobre lo que ocurre en el municipio y justificar de esta forma sus reuniones con el subdelegado, José Manuel Pose Mesura, y el teniente del puesto de la Guardia Civil en la localidad, insiste en que planteó al cargo estatal la necesidad de convocar una Junta de Seguridad Local, como respuesta a los robos acontecidos en varios puntos del municipio oleirense. En el planteamiento coinciden las dos partes, la Subdelegación
admitió que Cobián y Pose Mesura debatieron sobre la conveniencia de convocar la junta de seguridad; los matices llegan en el momento de apuntar los resultados de la reunión.
«Es totalmente cierto que el subdelegado se comprometió con el PP de Oleiros a convocar una Junta de Seguridad Local y, segundo, es totalmente cierto que el subdelegado informó de su legitimidad para solicitar la convocatoria de la junta», reitera Cobián ante la precisión del organismo estatal sobre la potestad para decidir la celebración de una de estas asambleas. Desde la Subdelegación se puntualizó el jueves que la convocatoria de la Junta de Seguridad Local recae de forma conjunta en la figura del alcalde y del subdelegado, que son los únicos habilitados para reunir a las autoridades municipales y gubernamentales con las fuerzas de seguridad presentes en la localidad.
«En el Partido Popular nos reservamos la opinión sobre las cuales el subdelegado se desdice de sus palabras», apunta Cobián para al instante añadir: «Se trata de razones políticas debido al nulo peso político del PSOE en el Ayuntamiento de Oleiros». Cobián defiende su actuación, que da respuesta, dice, a las llamadas efectuadas por los vecinos para interesarse por los asaltos. «Es mi obligación saber lo que pasa», insiste, al tiempo que critica la «desaparición» de los grupos municipales del PSOE y del Bloque Nacionalista Galego.
B.N.G.-
La oleada de atracos a chalés ocurrida en las últimas semanas en el municipio de Oleiros es una consecuencia del modelo urbanístico aplicado en los últimos años en la localidad, según el BNG, que considera que las urbanizaciones y viviendas aisladas representan un «reclamo para las bandas de delincuentes organizadas».
Los nacionalistas explican que estos núcleos residenciales se sitúan en «fondos de saco» y que están dispersos e incomunicados entre sí, lo que favorece la actuación de los delincuentes. Pero esta formación destaca que ese tipo de urbanismo beneficia sólo a las familias con un poder adquisitivo alto, mientras que el resto queda «condenado» a un urbanismo «marginal».
El BNG pone de relieve que los asaltos no se producen en pisos de localidades como Arillo, Santa Cristina o Santa Cruz, sino en viviendas aisladas de los núcleos urbanos en los que existen «cajas fuertes de 800 kilos». El Bloque añade que este modelo urbanístico encarece la prestación de servicios y que el continuo aumento de población no ha ido acompañado de la dotación de infraestructuras necesaria.
La Guardia Civil evitó detallar la nacionalidad de los asaltantes de viviendas que han actuado en las urbanizaciones de la localidad desde hace algo más de un mes, al contrario de lo que hizo el alcalde, Ángel García Seoane, quien vinculó los sucesos con un grupo procedente del este de Europa, en concreto de Rumanía.
La Guardia Civil manifestó que mantiene abiertas varias hipótesis en relación a la oleada de asaltos a viviendas registradas en el municipio durante las últimas semanas y de la que el alcalde de la localidad responsabilizó el martes a «una banda de rumanos». Portavoces del instituto armado señalaron que la investigación de los sucesos continúa abierta sin que se tengan certezas absolutas sobre su autoría, tal y como defendió el edil.
«Seguimos trabajando con todas las hipótesis abiertas», afirmaron fuentes del cuerpo policial en referencia a las palabras de Ángel García Seoane, quien también mantuvo que el supuesto grupo de asaltantes se encontraba localizado por parte de las fuerzas de seguridad y había actuado con anterioridad en otros puntos de la comunidad gallega, en concreto en la localidad de Ames.
La Guardia Civil, sin embargo, optó por mantener la prudencia conforme a la información que maneja en estos momentos sobre los asaltos a chalés y, a su vez, sobre los datos de que dispone el alcalde y sobre su procedencia. «La Guardia Civil no tiene datos que le permitan admitir con toda rotundidad que se trata de una banda de rumanos», afirmó de manera oficial un portavoz del instituto armado.
El alcalde del municipio aseguró el martes que se había mantenido al corriente de la oleada de asaltos mientras había permanecido fuera de Oleiros para pasar sus vacaciones y añadió que, de acuerdo a la información de la que dispone, las fuerzas de seguridad actúan «desde hace muchos días» en colaboración también con la Policía Local.
Los agentes de la Guardia Civil denuncian su carencia de medios.
«No se puede luchar como americanos con medios africanos», resume uno de los agentes del puesto de la Guardia Civil de Oleiros para ilustrar la situación que atraviesan debido a la sucesión de asaltos a viviendas registrados en el municipio durante los últimos meses.
«Con este tipo de delincuencia no podemos competir con los medios que tenemos», insiste uno de los agentes que sirven en la localidad y que está involucrado en la investigación de los atracos. Los miembros del instituto armado apuntan que cuentan con una plantilla suficiente -42 agentes- para cubrir un municipio del tamaño y la población de Oleiros. Advierten de que normalmente no se encuentran todos de servicio en la localidad, «algo normal», según los agentes consultados.
Lo que les impide localizar y arrestar a la banda sospechosa de cometer los asaltos no es ni la falta de efectivos ni la dedicación que le prestan, sino las carencias materiales. Afirman contar, para unos cuarenta agentes, con tan sólo ocho walkie talkies, de los que únicamente tienen la disponibilidad real de cinco de ellos. Los autores del robo en el chalé de la diseñadora Kina Fernández el pasado miércoles, si ir más lejos, se comunicaban con sus enlaces en el exterior de la vivienda mediante estos dispositivos, de los que los agentes de Oleiros tienen que racionar su utilización. Las mismas carencias les llevaron a costearse sus propios chalecos antibalas.
Para las patrullas poseen seis vehículos. «Suenan a muchos -indica uno de los agentes-, pero la mayoría están siempre parados». Aseguran que sobrepasan los 250.000 kilómetros y que, por ejemplo, el coche dotado con mampara destinado a los arrestos carece de sistema de cierre; es decir, puntualizan que no lo pueden ni cerrar cuando lo aparcan, menos evitar que alguien desde su interior lo abandone. «¿El vehículo camuflado? Está más visto que el pupas; cuando pasamos, nos saludan».
Los agentes del cuartel oleirense reiteran que no pueden «hacer más» y solicitan, ante la magnitud de la oleada de asaltos experimentada y las características del grupo al que se le relacionan los acontecimientos, que se envíen unidades especializadas procedentes de Madrid. «La UCO (Unidad Central Operativa) tiene cinco grupos; uno lo podrían trasladar aquí», comentan. Al mismo tiempo, consideran que sería conveniente convocar la junta de seguridad local para dar a los vecinos unas pautas de comportamiento para enfrentarse a la posibilidad de un asalto.
La «única» solución, en palabras de uno de los agentes, pasa por la ayuda de agentes especializados en este tipo de delitos, de forma que se pueda competir en igualdad de condiciones con el grupo organizado. Oficialmente, la Guardia Civil y la Delegación del Gobierno los responsabiliza cinco asaltos en los chalés del municipio. (Manuel Otero-Laopinióncruña)
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