El que Sirve.-
SERVIR – EL QUE SIRVE
SERVIR es ser de veras.
El SERVIR engrandece, ennoblece, emancipa y fortalece.
Cuando se SIRVE, hay olvido de la propia pequeñez y conjugación de fuerzas en propósitos creadores.
SERVIR con propósitos de bondad, sin interés premeditado para sí propio, es de almas sencillas, libres y magnánimas.
En la Naturaleza, el DAR es la medida del progreso. El sólo recibir es fuente de desdichas y miserias. Se recibe en la medida que se da, y si se toma más de lo que se merece o debe, como zángano, complicamos nuestra existencia y perdemos la oportunidad de apreciar el sentido de la realidad, de la vida. El lago que sólo recibe agua, y no le da salida se convierte en pantano…
El Servicio es la medida del alma. Las almas ruines y mezquinas escatiman el Servicio; las almas libres y magnánimas se olvidan de sí y están siempre entregadas a la grandeza.
Si puedes hacer un Servicio, hazlo. Al no hacerlo pudiendo hacerlo, te rebajas en tu categoría moral y aminoras tu estatura Espiritual. El Servicio fortalece, expansiona la conciencia y nos libera de nuestros propios males y problemas.
Si puedes ser bondadoso ahora, séalo.
Si te toca la fortuna de poder hacer un bien, hazlo.
Si te es posible sembrar un árbol, siémbralo.
Si tienes la dicha de tener un ser amado, ámalo más aún.
Si puedes destruir un obstáculo que hiere, hazlo de una vez.
Si puedes enjugar unas lágrimas, sécalas y evítalas.
Si puedes cuidar una flor cuídala.
Si tienes un jardín empéñate en cuidarlo bien.
Si se te ofrece la oportunidad de enseñar lo que sabes, enseña.
Si descubres que necesitas mejorarte a ti mismo, mejórate de una vez.
Si puedes dar una sonrisa comprensiva, dala sin falta.
Si puedes prestar ayuda al caído o al difamado, préstasela inmediatamente.
No escatimes tus fuerzas. Aprende a darte, a SERVIR, a ser grande en todas las circunstancias y en todas partes, sin premeditar resultados en tu favor.
AL SERVIR A OTROS TE SIRVES A TI MISMO
Si tienes odios, disípalos, pues son tu peor veneno; recurre enseguida al antídoto mejor: el Servicio. SERVIR es sinónimo de ser grande.
Cuando te coja en sus garras invisibles la tristeza, el pesimismo, la duda infundada o la malevolencia, entrégate al Servicio. El Servicio desarma al enemigo, conquista al injusto, destruye la incomprensión, somete al demente y aleja al perverso, y al mismo tiempo devuelve la alegría y la hermosura. SERVIR es un privilegio.
SERVIR es esforzarse, y no hay vida sin esfuerzo. Si no te esfuerzas, pues no vives realmente ni puedes apreciar las maravillas inconmensurables y bellezas inefables de la Vida.
SERVIR, siempre SERVIR, es la norma de la Vida sensata, bella, útil; SERVIR en grandes gestos, en grandes sacrificios, lo mismo que en simples detalles y sencillos actos, de dignificación del individuo, de mantener el orden o la limpieza, de cuidar la belleza o de ayudar a la inocencia en torno nuestro. SERVIR es, realmente, cultivar el sentido creador de la Vida.
SERVIR es Vivir superativamente. No servir es vegetar. Si no puedes mejorar lo que no te agrada, no lo critiques si no eres capaz de superar lo que ya existe, no lo profanes con tu desidia o tu insidia, y si no sabes ser más que los demás, déjalos a ellos producir el esplendor de una creación mejor…
SERVIR es elevarse y hacerse merecedor. Quien se respeta Sirve bien, siempre.
SERVIR es fortalecerse. Al SERVIR nos vitalizamos, adquirimos experiencias y desarrollamos energías mejores y mayores, y nos polarizamos armoniosamente con el ambiente.
SERVIR es adquirir simpatía, es atraer hacia sí la bondad, la admiración y el respeto de los demás.
Si eres sincero, pregúntate cada día: ¿En qué puedo ser útil? ¿A quién puedo hacer un bien? ¿Qué mejoramiento puedo hacer? ¿Cómo podré SERVIR?
La más hermosa palabra del diccionario es: SERVIR.
El mayor título de honor que puede haber en este mundo es:
EL QUE SIRVE.
La Habana, a 8 de mayo de 1943
Pr. OM Lind-Schernrezig
UNIÓN ESPIRITUAL DE SERVICIO UNIVERSAL:
U.S.U.
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