Si los peques tienen problemas a la hora de comer pescado, prueba con el siguiente truco: coge unos copos de trigo o de maíz (de los que toman en el desayuno) sin azúcar y, a ser posible, integrales y tritúralos un poco en el mortero, sin llegar a pulverizarlos por completo.

 A continuación, pasa el filete de pescado por harina y huevo y, por último, por los cereales (buenos sustitutos del pan rallado).

Ahora sólo queda ponerlos en la sartén, en aceite caliente, hasta que queden crujientes.

Estarán tan ricos que ni se enterarán de que están comiendo pescado.

También puedes hacerlo con las pechugas de pollo.

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